Convivencia entre niños y animales


La convivencia es un proceso continuo e intenso que deberíamos trabajar continuamente para intentar conseguir el mayor bienestar de los convivientes. 

Por supuesto, cuando hablamos de convivientes nos referimos a todo ser vivo que habita en el hogar, animales y plantas incluidos.

Si contamos con animales en casa, su bienestar y tener cubiertas sus necesidades básicas es responsabilidad nuestra. 

Si además en nuestro hogar habitan niños, también deberemos encargarnos de que éstos vayan adquiriendo una educación en el respeto y cuidado de los seres vivos.

Para estos casos, hemos elaborado unas recomendaciones básicas que harán que la convivencia entre animales y niños sea más armónica:

1.Tener un animal en casa es un acto de responsabilidad del que debemos ser muy conscientes como adultos. El animal está a nuestro cargo pero debe seguir teniendo toda la libertad que podamos otorgarle. Es un ser vivo, necesita comer, dormir, beber agua y correr/jugar como necesidades básicas.

2.Para los niños tener un animal en casa ofrece un intercambio de oportunidades de aprendizaje inmenso, en cuanto a las responsabilidades que pueden asumir para su cuidado.

3.Involucrar al animal en el juego está bien, siempre y cuando el animal lo tolere.

4.Nuestros hijos cuidarán y tratarán a los animales tal y como nosotros les tratemos. No olvidemos que somos ejemplos para ellos las 24 horas al día. No captan lo que les decimos que deben hacer, captan lo que nos ven hacer.

5.Hablar con los niños de los límites que tiene el juego con un animal. Intentar reflexionar con el niño para hacerle poner en el lugar del perro o gato en el juego, aunque el niño no tenga aún esa capacidad de empatía, ayudará a su desarrollo con el tiempo.

6.Algunos de los límites en el juego con animales son:
                -El animal no debe sufrir daño alguno.
                -El animal no debe estar en un lugar en el que no quiera estar.
                -Evitar que se sienta acorralado por el niño, que siempre pueda salir de la zona de la casa donde se encuentre si lo desea.
                -No introducirle en lugares o espacios de la casa que no estén preparados para el animal o que pueda sufrir daño alguno en ellos.

7.Sugerir la creación de espacios nuevos para el juego (con una caja de cartón, de zapatos, un cubo, mantas, pañuelos, etc. se pueden hacer casitas, camitas, tiendas de campaña, etc.).

8.Animar al niño a que realice observaciones del animal. Cuando a un animal le gusta algo o le desagrada da señales, se mueve de donde está, frota su cabeza contra tu mano, enseña los dientes, ladra, etc.

9.Recordar con los niños que el animal da señales de desagrado ante algo que no quiere, pero que si sigue sufriéndolo e incluso en algún momento se siente acorralado o en peligro va a morder, arañar, etc. Es un riesgo del que deben ser conscientes.

10. Si el animal muerde o araña, ladra enseñando los dientes, bufa, etc. no es más que un acto de defensa. Hacer entender al niño que ése es el lenguaje del animal, ya que no nos puede hablar con las palabras que usamos nosotros. Sin embargo, utiliza otros lenguajes para hacerse entender.


Esperamos que podáis llevarlas a cabo con facilidad y que disfrutéis de sus beneficios.

Rosario Sanz
Docente y asesora educativa
www.aprendiendoeducacion.com

Comentarios

Entradas populares